domingo, 11 de septiembre de 2011

la loba, de Alfonsina Storni





La Loba

A la memoria de mi desdichada amiga J.C.P. porque éste fue su verbo.

"Yo soy como la loba.

Quebré con el rebaño

Y me fui a la montaña

Fatigada del llano.



Yo tengo un hijo fruto del amor, de amor sin ley,

que yo no pude ser como las otras, casta de buey

con yugo al cuello; libre se eleve mi cabeza!

Yo quiero con mis manos apartar la maleza.



Mirad cómo se rien y cómo me señalan

porque lo digo así: (Las ovejitas balan

porque ven que una loba ha entrado en el corral

y saben que las lobas vienen del matorral).



¡Pobrecitas y mansas ovejas del rebaño!

¡No temáis a la loba, ella no os hará daño.

Pero tampoco riaís, que sus dientes son finos

y en el bosque aprendieron sus manejos felinos!



¡No os robará; la loba al pastor, no os inquieteís;

yo sé que alguien lo dijo y vosotros lo creéis

pero sin fundamento, que no sabe robar

esa loba; sus dientes son armas de matar!



Ha entrado en el corral porque sí, porque gusta

de ver cómo al llegar el rebaño se asusta,

y cómo disimula con risas su temor

bosquejando en el gesto un extraño escozor...



Id si acaso podéis frente a la loba

¡Y robadle el cachorro! no vayaís en la boba

conjunción de un rebaño ni llevéis un pastor...

¡Id solas! ¡Fuerza a fuerza oponed el valor!



Ovejitas mostradme los dientes. ¡Qué pequeños!

No podréis, pobrecitas, caminar sin los dueños

por la montaña abrupta, que si el tigre os acecha

no sabréis defenderos, moriréis en la brecha.



Yo soy como la loba. Ando sola y me río

del rebaño. El sustento me lo gano y es mío

donde quiera que sea, que yo tengo una mano

que sabe trabajar y un cerebro que es sano.



La que pueda seguirme que se venga conmigo,

pero yo estoy de pie, de frente al enemigo,

la vida, y no temo su arrebato fatal

porque tengo en el mano siempre pronto un puñal.



El hijo y después yo y después... ¡lo que sea!

aquello que me llame más pronto a la pelea.

A veces la ilusión de un capullo de amor

que yo sé malograr antes que se haga flor.



Yo soy como la loba.

Quebré con el rebaño

Y me fui a la montaña

Fatigada de llano".



Alfonsina Storni

Presentación

Auralaria ofrece este banco de poesía, que se irá enriqueciendo progresivamente con imágenes, vídeos y archivos de voz. ¡Bienvenidos!

Un gato en un piso vacío, de Wislawa Szymborska



Morir, eso no se le hace a un gato.



Porque qué puede hacer un gato



en un piso vacío.



Trepar por las paredes.



Restregarse entre los muebles.



Parece que nada ha cambiado



y, sin embargo, ha cambiado.



Que nada se ha movido,



pero está descolocado.



Y por la noche la lámpara ya no se enciende.






Se oyen pasos en la escalera,



pero no son ésos.



La mano que pone el pescado en el plato,



tampoco es aquella que lo ponía.






Hay algo aquí que no empieza



a la hora de siempre.



Hay algo que no ocurre



como debería.



Aquí había alguien que estaba y estaba,



que de repente se fue



e insistentemente no está.






Se ha buscado en todos los armarios.



Se ha recorrido la estantería.



Se ha husmeado debajo de la alfombra y se ha mirado.



Incluso se ha roto la prohibición



y se han desparramado los papeles.



Qué más se puede hacer.



Dormir y esperar.






Ya verá cuando regrese,



ya verá cuando aparezca.



Se va a enterar



de que eso no se le puede hacer a un gato.



Se irá hacia él



como si no quisiera,



despacito,



con las patas muy ofendidas.



Y nada de saltos ni maullidos al principio.






(Traducción de Abel A. Murcia Soriano y David A. Carrión Sánchez